Respecto a la compra de The Washington Post por Jeff Bezos, esta es una de las notas que más me gustó.
No es tanto acerca del acontecimiento en sí sino que se refiere a uno de los primeros encuentros de él con la gente del diario, en un marco en el que se permitieron preguntas libres de la gente.
A pesar de tener fama por sus formas a veces duras para interactuar con las personas, me parece un tipo realmente brillante.
Uno de los mensajes que le transmitió a la gente, a los periodistas del diario, era que tenían que pensar de qué manera este diario iba a ser diferente, que tenían que pensar en grande cuál era la próxima era dorada del Post.
Ante este mensaje, un veterano del diario le preguntó cómo debía ser esta nueva era, habiendo el diario ya vivido una.
La respuesta de Bezos:
We can’t go backwards. We also can’t think small. We need to think big and lean into the future. The death knell for any enterprise is to glorify the past no matter how good it was, especially for an institution like the Washington Post which has such a hallowed past.” He said “it is super clear to me already that people are eager for a golden era… What it means we still need to figure out.
Más allá de que probablemente hoy ya tenga mil ideas de para dónde agarrar o por dónde empezar a experimentar, y, por qué no, una fuerte intuición de por dónde va a venir la estrategia, rescato su seguridad en poder decir públicamente, frente a un público al menos no-fácil, que no tiene LA respuesta, LA dirección a la cual van a apuntar.
Un líder que puede decir “no sé, pero de alguna manera lo vamos a descifrar” (más allá de que internamente él pueda saber pero prefiera no decir nada para no limitar o sesgar las opciones que pudieran surgir de ellos).
Lo primero: “vamos a descifrar” en lugar de “van a tener que descifrar”. Un detalle, algunos inclusos dirán que es retórica, pero si uno lo dice honestamente y se muestra honesto, tiene un valor enorme. “Es un trabajo de todos y naturalmente yo también voy a tener que hacerlo”.
Lo segundo: en general, lo importante no es tanto la respuesta, sino la pregunta.
La pregunta es lo que exige, lo que anima, lo que abre posibilidades. Literalmente, es lo que cuestiona.
Quizás un indicador de la sanidad de un negocio pueda tener que ver con un nivel razonable de preguntas sin respuesta, siguiendo la teoría de Clayton Christensen:
Questions are places in your mind where answers fit. If you haven’t asked the question, the answer has nowhere to go. It hits your mind and bounces right off. You have to ask the question — you have to want to know — in order to open up the space for the answer to fit.